El impacto existente en esta dinámica de “asimilación autobiográfica” es un estímulo para el desarrollo del carácter creador del enfermo, es decir, para desarrollar la variante productiva de su carácter personal.
En este “verse y comprenderse” existencial damos un importante paso que acerca al enfermo a su equilibrio íntimo y a la curación.
El diagnóstico ya no será un mero “bit informativo”, un código de la OMS o del DSM, ya no será simplemente una palabra más (técnica), sino que el diagnóstico es entonces asumido, comprendido, por el paciente y habrá adquirido una nueva dimensión para él: la del significado que tiene una palabra (un nombre o término médico) en su ser-enfermo. |